El cuerpo humano es una compleja
máquina. Requiere que muchas de sus piezas, cadenas y engranajes
trabajen simultánea
y sincronizadamente
para que cada uno de nosotros pueda llevar una vida normal. Y al igual
que todas las máquinas de alta tecnología, necesita de un
computador
central que administre y controle cada una de sus funciones y movimientos.
Pero nuestro ordenador es mucho más completo, ya que además
nos permite pensar, sentir, actuar y decidir.
Este tremendo computador es el
Sistema Nervioso, constituido por un conjunto de órganos que nos
permiten ponernos en contacto con el mundo exterior y dirigir las funciones
orgánicas. Su trabajo consiste en recoger los
estímulos que recibimos tanto
en el ámbito consciente -por ejemplo, la luz del sol-, como en
el inconsciente -como puede ser el daño que provoca un virus en
nuestro estómago-, transformándolos en impulsos nerviosos.
Estos llegan a la parte específica del cerebro que controla la
zona estimulada, donde se procesa la información y se genera la
reacción o respuesta.
Las reacciones son muy variadas.
Van desde la producción de movimientos voluntarios:
caminar o mover partes del cuerpo, el control del funcionamiento interno
de nuestro cuerpo: la secreción de las glándulas, la circulación,
la digestión o la respiración, hasta las sensaciones producto
de la estimulación de los sentidos: vista, oído, olfato,
tacto y gusto.
Además de todo esto, en
este sistema, específicamente en el cerebro, se concentra la actividad
intelectual y afectiva. Así, el Sistema Nervioso nos permite pensar,
comunicarnos, aprender, recordar; es la sede de nuestros sentimientos,
sensaciones y emociones.
Completa:
No hay comentarios:
Publicar un comentario