sábado, 24 de enero de 2015

Sistema nervioso autónomo: Simpático y parasinpático

     El funcionamiento de los músculos obedece a un proceso voluntario; pero no sucede lo mismo con el miocardio y con los músculos lisos de los vasos sanguíneos, del tubo digestivo, de la vejiga, etc. Estas vísceras, que cumplen funciones de la vida vegetativa lo mismo que las glándulas, actúan de modo independiente (autónomo), no obstante estar en comunicación con el sistema nervioso central.
 
    El sistema nervioso autónomo  o vegetativo es, pues, la parte del sistema nervioso relacionada con la regulación de las funciones de la vida vegetativa (respiración, digestión, circulación, excreción, etc.) que no está sometido a la voluntad. Como su nombre lo indica, es un sistema autónomo.


Sistema Simpático

El simpático es un sistema nervioso compuesto de dos cadenas de 23 ganglios situados a lo largo y a los dos lados de la columna vertebral, y que presiden la respiración, la circulación, las secreciones, y en general todas las funciones de la vida de nutrición.

Cada ganglio es una masa de sustancia gris; comunica con el ganglio que precede y con el que sigue; además recibe una ramificación de un nervio raquídeo (rama comunicante) y emite una prolongación que dirige las funciones de los órganos.

Los ganglios se agrupan en: 3 cervicales, 12 dorsales, 4 lumbares y 4 sacros. Los nervios que salen de los ganglios forman varios plexos.

Sistema Parasimpático

El sistema parasimpático (al lado del simpático) está constituido por fibras pertenecientes a ciertos nervios craneales y nervios raquídeos (de la región sacra).

El sistema parasimpático comprende dos porciones:
- La cráneo-bulbar
- La sacra

El Sistema Nervioso Simpático y el Sistema Parasimpático realizan acciones que pueden parecer antagónicas (opuestas) de una misma función. 

Para ello, el Sistema Nervioso Simpático actúa en casos de urgencia y de estrés provocando diversas reacciones como el aceleramiento del pulso y la respiración, frena la digestión, aumenta la presión arterial y hace que la sangre llegue en mayor cantidad al cerebro, piernas y brazos, también hace que aumente el nivel de azúcar en la sangre.
Todo esto lo hace para preparar a la persona para que utilice al máximo su energía y pueda actuar en situaciones especiales.
El Parasimpático, en cambio, almacena y conserva la energía y mantiene el ritmo normal de los órganos y glándulas del cuerpo. Después de un susto, trauma, dolor intenso o cualquier situación especial del cuerpo, el Parasimpático se encarga de que todo vuelva a la calma y normalidad.
De estos dos, obviamente el Parasimpático es el más importante para sobrevivir, porque si no normalizara las funciones, el cuerpo no podría soportalas. 

Efecto de la estimulación simpática y parasimpática

El sistema nervioso autónomo produce estimulación en unos órganos e inhibición en otros. La subdivisión del sistema nervioso autónomo hace que este lleve a cabo acciones integradas y frecuentemente opuestas con una finalidad: la armonía y sinergia del organismo.
Ambos componentes no son antagónicos entre sí: la mayor parte del tiempo (excepto en periodo de estrés) interactúan de una forma armónica e imperceptible. A través de esta inervación, la división simpática produce una respuesta muy amplia; en cambio, el parasimpático se caracteriza por su acción más limitada a las áreas locales de inervación

Sistema Nervioso Autónomo
Localización Estimulación Simpática Estimulación Parasimpática
Sistema Cardiovascular Aumento de la tasa cardíaca y la fuerza de contracción cardíaca Disminución de la tasa cardíaca y la fuerza de contracción
Sistema circulatorio Vasoconstricción periférica En general poco efecto sobre los vasos, pero favorecen la vasodilatación en los vasos coronarios y cava
Aparato digestivo Vasoconstricción abdominal, favoreciendo un déficit en la secreción y motilidad intestinal Aumentan la secreción y motilidad intestinal
Glándulas exocrinas Inhiben la secreción hacia conductos o cavidades, excepto en las sudoríparas. Promueven la secreción a excepción de las glándulas sudoríparas.
Sistema ocular Dilatación de la pupila (midriasis). Contracción de la pupila (miosis).
Sistema renal Cese en la secreción de orina, y cese en relajación de esfínteres. Aumento en la secreción de orina y aumento en contracción de esfínteres.



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